Rendido pero mejor
La evocación de tu presencia
estalla entre tanto ruido,
alejando de mi memoria
una soledad ya estancada.
Mi alma latía tinieblas tristes
y dentro, un corazón inerte.
Etérea criatura de lágrimas dulces
que diluyó el vapor gris y amargo.
La evocación de tu presencia
agita todas las ánimas, y
empaña una forma de ser
ida, indefinida pero tenue.
Tus labios a medio hacer
besan mi pasado absorto;
humedecen mi histeria cierta,
entreabierta, casi viva.
La evocación de tu presencia
contra la ceguera abierta,
que dormita para siempre
en mi universo lacrado de añil.